Un hueso duro de roer era el equipo que tenía en la jornada de hoy el Atlético Sanluqueño en El Palmar. Los verdiblancos se enfrentaban al tercer clasificado, el Yeclano Deportivo, pero el buen trabajo de todo el equipo y la magia de El Palmar permitió a los de Antonio Iriondo sumar de tres en un enfrentamiento directo, en el que además igualan el golaverage.
El encuentro lo comenzó el equipo de Antonio Iriondo con una marcha más, y la alegría no tardó en llegar a El Palmar. Airam Cabrera era derribado dentro del área en el minuto 13’, señalando el colegiado la pena máxima. Zeki sería el encargado de tomar la responsabilidad del lanzamiento desde los 11’ metros, pero al igual que pasara en el encuentro en la ida en Yecla en el lado contrario, Zeki falló el penalti, pero el rechace tras la parada de Iván fue a parar de nuevo a las botas del jugador sanluqueño, que ahora sí mandó el balón al fondo de la red para poner el primero.
A raíz del gol, el partido comenzó a inclinarse del lado del Yeclano, contando con una clara oportunidad para haber puesto el empate, pero un paradón de Olmedo permitió que el resultado al descanso siguiera siendo el de 1-0 a favor de los sanluqueños.
El transcurso de la segunda mitad tenía muchas similitudes con la primera mitad; un buen Sanluqueño bien plantado en el terreno de juego, muy solidario y muy trabajador, evitando cualquier acción peligrosa de los murcianos.
Una buena contra en el 58’ permitió a los hombres de Antonio Iriondo poner el segundo y definitivo tanto en el marcador de El Palmar. Sería de nuevo Zeki Díaz quien viera otra vez portería con una gran definición después de un buen pase de Airam Cabrera. Doblete de Zeki para poner en su cuenta personal su gol número 12.
Poca historia tendría el choque a raíz del tanto del Atlético Sanluqueño, que al igual que cuando iba 1-0 supo controlar el encuentro en todo momento para evitar que los tres puntos se escaparan.
Quizás no haya sido el mejor partido de los verdiblancos ni el más vistoso, pero sí un encuentro en el que ha destacado el trabajo de todo el conjunto, siendo conscientes en todo momento del rival que había enfrente, que no lo puso fácil en ningún momento.
